La carcoma

No sé si sabréis que, a través de la FADE, estoy haciendo un curso que me ocupará las tardes de los viernes y la mañana de los sábados hasta el mes de septiembre. Un pequeño gran esfuerzo, que sirve para aumentar experiencias y conocimientos, para saber hacer un poco mejor las cosas. Pues bien, en una de las charlas (no recuerdo quién), nos dijeron algo así como que "no conoces realmente a alguien hasta que has compartido con él los momentos de dificultad". ¡¡Y qué cierto es!!

En el curro, algunos conocéis la situación que estamos pasando en este último año, por causas ajenas a los trabajadores: incertidumbres, problemas de suministros, administradores judiciales, retrasos de pagos, tensión entre compañeros,.... vamos, ¡una cosa poco recomendable!. 

Bajo esa "luz de crisis", como decía la frase que nos contaban en el curso, no he dejado de descubrir durante estos meses (a algunos ya los tenía descubiertos de antes), a gente con mucha capacidad de sacrificio, entregados, con ganas de tirar para adelante, a pesar de todo, buenos compañeros y, sobre todo, excelentes personas. Pero, a su vez, esa misma luz, también deja ver de un modo excepcional en estos malos tiempos, a las polillas, que seguramente siempre estuvieron ahí, dentro de la madera trabajando silenciosamente, pero que ahora, se atreven a sacar la cabeza para mostrar orgullosas su agujero.

Yo, como es costumbre de este sitio, prefiero quedarme con todo lo POSITIVO de la historia y aprender de todo ese grupo de gente buena, que le echa garra, aún en las dificultades. Intentaré, con todas mis fuerzas, no ser polilla y contribuir (si se puede) a que todo esto se solucione de una vez. ¡Ojalá!.

Buen fin de semana! ;)