Ser testigos

Últimamente, parece que no dejo de oír en los medios, diferentes manifestaciones de algún obispo y portavoz de nuestra Iglesia que han generado un cierto debate social incluso dentro de la propia Iglesia asturiana.

La verdad, es que en algunas cosas, no es que esté en desacuerdo. Tampoco sé si se trata de campañas que los propios medios organizan para mostrar la parte más "polémica" de unas manifestaciones más largas. Sin embargo, puedo entender que si a mí, que estoy metido un poco "en el ajo" me crea inquietud, no quiero ni imaginar lo que puede pasar con los que estén un poco más alejados o en búsqueda.

Para mí la Iglesia, desde el cura de pueblo, pasando por los obispos de las diócesis más grandes e incluyendo a este modesto escritor, deberíamos esforzarnos por anunciar a Cristo y algunas veces igual no tanto con palabras, sino con ejemplo y testimonio.

La alegría y esperanza que Dios nos da, ha de vivirse como un noviazgo intenso, en el que no hace falta decirlo continuamente, pero sólo con mirarte la gente ya sabe que estás bien y enamorado. Lo mismo con Dios. Lo demás vendrá poco a poco.

Hay un grupín de monxes en Lerma que saben hacer muy bien esto mismo. Viven su vida en Dios con alegría, sabiendo que Dios nos ama sin condición a cada uno de nosotros. Desde este enamoramiento, brota una alegría que transmiten y anuncian, logrando que su comunidad siga creciendo.

Os dejo este video que tanto Xicu como Javi me han enviado por lados diferentes. Espero que os guste.

Por cierto, si no hay novedad, en diciembre volveremos a Lerma, ya que otra amiguina va a entrar al convento. ¡Allí estaremos!